Estas personas que cada tarde se reunían en la misión de verano, no sólo cantaban las maravillas de Dios, sino que lo respiraban, lo irradiaban y lo tenían en el lugar más importante de la casa.
Por estos y otros motivos, parece que siempre nos saliera del alma la frase: "nosotros pensamos que vamos a entregar mucho como misioneros, pero terminamos siendo nosotros los misionados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario