Nuestra comunidad misionera ora con el silencio, los ritos y el canto. Así nos unimos al coro de los ángeles, de los santos y los mártires de la Iglesia, que no cesan de comunicar a todo el mundo, el triunfo de Dios sobre el mal.
Así como cuando el sacerdote nos pide levantar el CORAZÓN en el prefacio de cada Eucaristía, nosotros levantamos nuestras voces para decirle nuestro PADRE que por ÉL somos capaces incluso de dar la vida.
2 comentarios:
Y asi con los cantos...
Tamos muy flojos con ese temita, pongamosle canyengue, pachorra, enusiasmo, como le kieran llamar...
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